viernes, 23 de mayo de 2008

El inicio




Buen dia!!!!!!!!!!!!, con permiso voy a entrar en éste fascinante mundo del origami y las palabras, diciendo que tal vez haya por aquí, más palabras que origami, el tiempo, las circunstancias y la calidad de las fotos lo dirán.

Pongamosle un fondo musical a esta historia…

Como uno encuentra el origami? o como el origami lo encuentra a uno? es un proceso de asimilación, poco a poco, atracción, conocimiento, deslumbramiento y aunque medien años entre el primer contacto y la comprensión, como en mi caso, estamos aquí, tentando aportar algún bollito de papel a este horizonte simple y complejo a la vez y fascinante, sobre todas las cosas.

Toca, desde el fondo del recuerdo, Joan Manuel Serrat, que si bien yo aborrecía en ese tiempo, los años…

Mi primer contacto con el origami se dio, en la escuela primaria, no sabría precisar en que grado, 2°, 3° o 4°, seis, siete años, no sé, lo seguro es que fue una casita (ésta). no exactamente ésta, propiamente dicha, si no éste modelo, que aquella, la pegada en un cuaderno Rivadavia, amarilla, si mal no recuerdo, hecha con papel glasé, debe haber ido a vivir en algún tacho de basura en alguna de las mudanzas de domicilio, o quizás antes. Seguramente debemos haber hecho otras cosas para pegar en el cuaderno, como el molinete http://www.amorigami.com.br/diagramas.asp?id=22&nivel=1 , y alguna flor; recuerdo también el “soplamoco” usado para hacer ruido en los recreos, el conejo, ese mágico, que se sopla y se abre, avioncitos y barcos, con mis hermanos inmensas flotas de barcos e infinidad de aviones, planeadores y cohetes, pero solo unos tres o cuatro modelos, ni imaginábamos las posibilidades y variedades de aviones, y mucho menos la existencia de campeonatos mundiales de avioncitos de origami. http://web-japan.org/nipponia/nipponia41/es/feature/feature10.html .
Muchos de esos barcos hechos con papel de alfajores o e chocolate, navegaron en el agua podrida de la calle de mi casa mientras los planeadores hacían sus piruetas cruzando de una vereda a otra.

Conocí también en la escuela primaria el jueguito ese que se agarraba entre los dedos pulgar e índice de ambas manos contando un número dicho por alguien y después se abría y había algo escrito. http://blog.paulaschuabb.com.br/up/p/pa/blog.paulaschuabb.com.br/img/origami04.jpg


”Barquito de papel, sin nombre, sin patrón y sin bandera, navegando sin timón…

Luego, en la secundaria, avioncitos cohetes, con la punta masticada y llena de saliva (un asco) eran tirados hacia el techo del aula donde se quedaban pegados (nunca conseguí tamaña proeza).
También, desde el balcón del primer piso soltábamos unos helicópteros hechos con los boletos del colectivo, que bajaban rodando sobre las cabezas de los alumnos del patio de abajo.
Todo esto sin saber de que se trataba, solo era una diversión, un pasatiempo, ni soñábamos, y seguramente la gran mayoría de mis ex compañeros aun no sabe, las posibilidades de éste arte.
Aun sin saber de que se trataba, creé mi primera pieza de origami, también con un boleto de colectivo, doblado al medio y con una serie de dobleces alternativos valle, montaña en “V”, a 45°, esto da un objeto que acariciado desde la punta de la “V” hacia la parte abierta, produce una cosa así, como diría … placentera, relajante, sobre todo teniendo en cuenta los colectivos llenos y los traqueteos de los pozos, hoy, con los boletos automáticos de un papel más duro y más corto, no hacen el mismo efecto, la modernidad nos quita algunas cosas. Cabría saber a esta altura, si ella nos compensa esa pérdida, y la duda es la respuesta.

Hasta aquí mi iniciación con el origami sin saber nada del mundo por tras de todo esto.
Hoy podemos decir que, ésta primera pieza, sin acariciarla, y apretando y trabando la punta que queda abierta, es una hoja, que ha decorado algunas Kawasaki’s Roses que he hecho, antes de conocer la existencia del palito y las hojas de dicha rosa. Seguramente, por esas cosas de la creación, o descubrimiento, algún otro origamista “creó” también dicha hoja.

Este proceso es una forma natural, lúdica, de cómo yo, y seguramente otros también, hemos incorporado el origami a nuestras vidas. Desconozco si hoy, en las escuelas de Argentina, se utiliza el origami, seguramente si alguna profesora lee esto, podrá informar al respecto.

“Cuando el canal era un río, cuando el estanque era el mar, y navegar era jugar con el viento, era una sonrisa a tiempo jugándose feliz, de país en país, entre la escuela y mi casa, después el tiempo pasa y te olvidas de aquel barquito de papel”…, sigue cantando Serrat, despaciiiito, allá, por otras calles.

Lo que sé con certeza absoluta y total es que barcos y aviones de papel, vuelan y navegan por las calles de Buenos Aires, y nos llevan a encontrarnos con nosotros mismos a través de tantos años y lugares por los que hemos pasado, y cada vez que vemos un chico en una calle con un avioncito de papel, soltamos una lágrima presa en algún rincón del ser. Aun.